Hola a todos. Sean bienvenidos a una nueva entrada del blog.
En esta oportunidad, les traigo una reseña que les provocará un cucardio en todos los sentidos. Hoy la reseña se tratará del libro "Retazos de un mujeriego: No mires atrás", la segunda parte de la serie "Amor sin condiciones" de la escritora Luz Maestre.
La primera parte, llamada "Aledis: Las perras no siempre ladran", está disponible en el blog, y puedes acceder a ella haciendo clic aquí. Si no has leído esta novela, te cuento que puedes disfrutar sin problemas de "Retazos de un mujeriego", pero te recomiendo comenzar con Aledis o te comerás muchos Spoilers.
Sin más preámbulos, empecemos...
Autor: Luz Maestre
ASIN: B0764JWWB8
ISBN: 1731494386
ISBN: 1731494386
Páginas: 249
Editorial: Independiente
Puedes adquirirlo en versión Digital o Impresa a través de Amazon. ¡Gratis en Kindle Unlimited!
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Sinopsis
La vida del soltero de oro comienza a cambiar cuando la mujer que ama se casa con su mejor amigo. Cristian creyó que su existencia se convertiría en un camino solitario, pero llevadero. Sin embargo, los sentimientos del primer amor lo desbordan hasta no llegar a reconocerse a sí mismo. Lo único que deseaba era retomar su vida de excesos y mujeres, se encontraba preparado para ello o eso creía; no obstante, si había algo a lo que no estaba dispuesto, era a dejarse enredar de nuevo en los lazos del amor. Karla huyó de Venezuela con la esperanza de un futuro mejor junto a un hombre del que se creía enamorada. Su historia de amor terminó en un desengaño, no sin antes quedar embarazada, sin trabajo y sola en un país que no era el suyo. Para aumentar su mala suerte su vida comienza a cambiar con la llegada de un hombre al que aborrece sin conocerlo. Un mujeriego enamorado de la esposa de su mejor amigo, una mujer embarazada huyendo del padre de su hijo, y un grupo de amigos nada convencional hacen de esta novela una loca e hilarante historia de amor. Segundo libro de la serie: Amor sin condiciones. Comparte personajes con Aledis, las perras no siempre ladran. Son historias independientes, pero entrelazadas. Es aconsejable comenzar con el primero.
Mi opinión
La historia empieza con la boda que todos habíamos esperado: Aledis y Brais al fin han superado las tretas del destino. Sin embargo, no todo es color de rosa, y comprendemos de inmediato que en esta historia de amor ha quedado un corazón roto.
Cris, tras ver que la mujer que creía el amor de su vida, se marcha a su luna de miel con Brais, su mejor amigo, cae en una depresión que intentará ocultar de la pelirroja que ama, pues en su corazón ve bondad y felicidad. En ningún caso querrá opacar aquello. Ya había tomado la noble decisión de apartarse para que ellos fuesen felices.
Por otro lado está Karla, una venezolana deslenguada y de buen corazón que ha caído en las desventuras de un hombre infeliz quien, además de engañarla, la echa a la calle a pesar de saber de su embarazo. La pobre se ve llena de problemas, en un país que no conoce, sin trabajo y con un vientre que le grita que no debe permitirse ser una indigente.
Pero no todo son desdichas, mis chamos. Tal como en "Aledis: Las perras no siempre ladran", disfrutarás de una novela llena de emociones, y te aseguro que las risas no faltarán, culpa claro del desvergonzado Elián.
Casi me da un soponcio (suponcio aquí en Chile) con algunas reacciones, y es que la trama te envuelve de tal manera, que quise entrar en el libro muchas veces y golpear a los protagonistas por ser tan ilusos.
La narrativa es ligera, a pesar de tener varias palabras de la jerga venezolana, y es que, además de poder entender gracias a que soy latina, la autora se encargó de aclarar cada cosa en las notas al pie, lo cual demuestra su gran investigación en el tema. A ratos puedes ver detalles que dejas sin importancia, pero cada cosa es vital para construir los sucesos de este grupo de gente.
¿Grupo? Pues sí. En este libro nos encontramos a un grupo de amigos que son el pilar fundamental para que nuestros protagonistas superen sus desventuras amorosas. Hermanos de diferente sangre que harán lo que sea por ayudar a quienes aman; y la idea de que un bebé sin padre tendrá el apoyo de una familia que, sin ser sanguínea, será parte de su vida.
Mi personaje favorito es Karla. Qué temple ¡madre de Dios! No se dejará minimizar en ningún momento con nadie y, escapando de todo estereotipo, será ella misma su salvadora, a pesar de que ha tenido un ángel salvador.
A pesar de los enredos, que nos dejan en más de una ocasión al borde de un yuyo, la historia es hermosa en todos sus sentidos, incluso otorgándome la tranquilidad de la redención. Amé cada personaje por su profundidad y me quedé con un bello sentimiento en el alma.
Tal como con su predecesora, lloré, grité, insulté (pero esta vez en venezolano), y reí hasta casi mojar mis pantalones, sobre todo con cierta loca pelirroja con una grabadora. Sin dudas es un libro que recomiendo, uno de aquellos que se quedarán pululando en mi interior, junto a las bellas frases que he guardado.
Cris, tras ver que la mujer que creía el amor de su vida, se marcha a su luna de miel con Brais, su mejor amigo, cae en una depresión que intentará ocultar de la pelirroja que ama, pues en su corazón ve bondad y felicidad. En ningún caso querrá opacar aquello. Ya había tomado la noble decisión de apartarse para que ellos fuesen felices.
Por otro lado está Karla, una venezolana deslenguada y de buen corazón que ha caído en las desventuras de un hombre infeliz quien, además de engañarla, la echa a la calle a pesar de saber de su embarazo. La pobre se ve llena de problemas, en un país que no conoce, sin trabajo y con un vientre que le grita que no debe permitirse ser una indigente.
Pero no todo son desdichas, mis chamos. Tal como en "Aledis: Las perras no siempre ladran", disfrutarás de una novela llena de emociones, y te aseguro que las risas no faltarán, culpa claro del desvergonzado Elián.
Casi me da un soponcio (suponcio aquí en Chile) con algunas reacciones, y es que la trama te envuelve de tal manera, que quise entrar en el libro muchas veces y golpear a los protagonistas por ser tan ilusos.
La narrativa es ligera, a pesar de tener varias palabras de la jerga venezolana, y es que, además de poder entender gracias a que soy latina, la autora se encargó de aclarar cada cosa en las notas al pie, lo cual demuestra su gran investigación en el tema. A ratos puedes ver detalles que dejas sin importancia, pero cada cosa es vital para construir los sucesos de este grupo de gente.
¿Grupo? Pues sí. En este libro nos encontramos a un grupo de amigos que son el pilar fundamental para que nuestros protagonistas superen sus desventuras amorosas. Hermanos de diferente sangre que harán lo que sea por ayudar a quienes aman; y la idea de que un bebé sin padre tendrá el apoyo de una familia que, sin ser sanguínea, será parte de su vida.
Mi personaje favorito es Karla. Qué temple ¡madre de Dios! No se dejará minimizar en ningún momento con nadie y, escapando de todo estereotipo, será ella misma su salvadora, a pesar de que ha tenido un ángel salvador.
A pesar de los enredos, que nos dejan en más de una ocasión al borde de un yuyo, la historia es hermosa en todos sus sentidos, incluso otorgándome la tranquilidad de la redención. Amé cada personaje por su profundidad y me quedé con un bello sentimiento en el alma.
Tal como con su predecesora, lloré, grité, insulté (pero esta vez en venezolano), y reí hasta casi mojar mis pantalones, sobre todo con cierta loca pelirroja con una grabadora. Sin dudas es un libro que recomiendo, uno de aquellos que se quedarán pululando en mi interior, junto a las bellas frases que he guardado.
Y hasta aquí la reseña de hoy, mis chamos. Espero que busquen este libro y toda la serie "Amor sin condiciones". Lloren, rían y griten como nunca, pues vale la pena 100%. Si no me hacen caso, les mandaré cierto personaje con un plan loco en la mano izquierda, y a Paquito en la derecha.
Si ya lo has leído, recuerda dejarme tu opinión en los comentarios.
Por último, debo agradecer sinceramente a la autora por permitirme leer su libro.
Si ya lo has leído, recuerda dejarme tu opinión en los comentarios.
Por último, debo agradecer sinceramente a la autora por permitirme leer su libro.
Hasta pronto...
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